martes, 25 de junio de 2013

Emilio Carlos Assales, alias "Tincho" y Conrado Gómez en el testimonio de Emma Ahuali

La caida de la estructura de finanzas de la organización Montoneros comenzó a ser conocida  durante la audiencia del juicio por los crímenes cometidos en la ESMA, a partir de los dichos de una exmilitante cuyo compañero desaparecido fue visto en ese centro clandestino en 1977.

Emma Rene Ahuali, la única exmilitante de Montoneros que sobrevivió a los hechos que rodearon el crimen del poeta y escritor Francisco Paco Urondo en Mendoza, relató cómo su compañero Emilio Carlos Assales, alias "Tincho" y el abogado mendocino Conrado Gómez fueron secuestrados en esta capital, por un grupo de tareas el 11 de enero de 1977.

Según explicó ante el Tribunal Oral 5, Gómez fue secuestrado días antes que su marido, quien al ir a efectuar una consulta en su estudio "cayó en una ratonera" que le tendieron los militares en una oficina de la calle Montevideo.

Ahuali, Assales y la hija de ambos, de tan solo 24 días habían logrado trasladarse desde Mendoza a Buenos Aires en la clandestinidad, y se alojaban en hoteles de pasajeros.
Sus movimientos tenían horarios fijos de encuentro, ante la posibilidad de ser secuestrados.

Testigos del secuestro de Assales dijero que éste fue sacado del edificio donde funcionaba el estudio de Gómez en una camilla "como si le hubieran aplicado Pentonaval" y trasladado en una ambulancia "sin patentes".
"Cuando 'Tincho' desaparece tenía 29 años. Nunca tuve noticias de él hasta que las tres mujeres que salen de la ESMA, Sara Osatinsky, Ana María Martí y Maria Alicia de Pirles denunciaron en Europa lo que ocurría en la ESMA", señaló.

Assali fue incluido en uno de los llamados "vuelos de la muerte" en los que los prisioneros eran arrojados vivos al mar previa aplicación de una inyección de Pentotal, que los represores de la ESMA había rebautizado como "Pentonaval".

La situación fortuita que a Assali no le hubiera surtido efecto y su gran contextura física hicieron que estando a bordo de uno de los aviones, salvara su vida y lo regresaran a la ESMA.

"Te salvaste, ahora te necesitan más en Mendoza", le habría dicho a Assali uno de los más temidos guardias de la ESMA, Pedro Bolita.

A su regreso, y después de dormir durante dos días, el prisionero dio detalles a sus compañeros de cautiverio acerca de en qué consistían los "vuelos de la muerte" o "traslados" y éstas los denunciaron luego en los organismos internacionales en Europa y la OEA.

Respecto de ese hecho, la mujer presume que su compañero pudo haber brindado bajo tortura datos acerca de "algunos lugares que él conocía", pero nunca tuvo más información sobre su destino final.

La testigo dijo haber conocido a "Tincho" en la casa de Victorio Cerrutti, propietario de la finca "Chacras de Coria", que fue apropiada durante su cautiverio por el ex jefe de la Armada, Emilio Massera.

Ahuali confirmó que en la casa de Cerrutti se llevaban a cabo reuniones de la Juventud Peronista, en tanto, ante una consulta, ratificó que tanto Gómez como su compañero formaban parte de la estructura de finanzas de Montoneros.

También brindó información acerca de los secuestros de Alicia Zunino, Mario Concurat y Claudia Urondo, en distintos operativos en los que los miembros del grupo de tareas de la ESMA apuntaron a la estructura económica de la organización subversiva.
"Nos reuníamos con los compañeros y nos enterábamos de las barbaridades y de las torturas a las que eran sometidos en los campos de concentración y por eso algunos se quebraban", explicó la mujer, a quien acompañaron durante la audiencia los hijos de Paco Urondo.
"Esperé muchos años para decir la verdad", enfatizó Ahuali cuando el presidente del tribunal le tomó juramento.

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