miércoles, 23 de junio de 2010

Procesan al ex aviador Poch por los “vuelos de la muerte”

 
La Justicia cree que Julio Alberto Poch arrojó vivos al mar a más de 600 prisioneros de la última dictadura. Dictaron un embargo sobre sus bienes por 615 millones de pesos.
El oficial retirado de la Armada y piloto aéreo Julio Alberto Poch fue procesado con prisión preventiva porque supuestamente arrojó vivos al mar a más de 600 prisioneros de la última dictadura desde los 'vuelos de la muerte', se informó hoy en los tribunales porteños.

El juez federal Sergio Torres imputó al teniente de fragata (r) los delitos de "privación ilegítima de la libertad" y "torturas seguidas de muerte", a la vez que dictó un embargo sobre sus bienes de 615 millones de pesos.

Para el procesamiento, confiaron las fuentes, resultaron fundamentales un "diario personal" y un "libro de viajes" escritos por Poch, que habían sido secuestrados en su casa de Zuidscherme, un pueblo a 25 kilómetros de Amsterdam, Holanda, donde vivía desde los años '80.

Entre otros crímenes está acusado de los asesinatos de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, el periodista y escritor Rodolfo Walsh y la joven argentina, de familia de origen sueco, Dagmar Hagelin.

El ex marino, de 57 años, cumple prisión preventiva en el penal bonaerense de Marcos Paz, junto a otros marinos procesados en la denominada "Megacausa ESMA", que investiga los crímenes de lesa humanidad perpetrados en el campo de concentración que funcionó en ese centro educativo de la Armada.

En sus declaraciones indagatorias, Poch aseguró había negado cualquier participación en los "vuelos de la muerte" y aportó testimonios de ex compañeros suyos de trabajo en Holanda que negaron que él se haya jactado de haber piloteado los vuelos en los que se arrojaba gente al mar.

El teniente de fragata retirado fue detenido el 22 de septiembre pasado en España en base a testimonios de sus compañeros de la compañía aérea holandesa Transavia, que lo denunciaron a la policía de ese país y dieron origen a la investigación judicial. Declararon que Poch presumía en conversaciones con ellos de haber actuado en los "vuelos de la muerte" arrojando con vida al mar a quienes él consideraba como "terroristas de izquierda". Pero trataba de aliviar el asunto diciendo que las víctimas "eran previamente drogadas" con Penthotal.

Esas declaraciones fueron aportadas en Holanda ante escribano que las certificó y las envió a Buenos Aires.

Según Poch las acusaciones en su contra obedecieron a una "interna" entre sus compañeros de trabajo.

Se retiró de la Armada el 1 de febrero de 1981 y luego se fue a vivir a Holanda con su esposa y tres hijos, donde obtuvo la doble nacionalidad argentina-holandesa. Vivía en Zuidscherme, un pueblo a 25 kilómetros de Amsterdam, capital de los Países Bajos.

Allí trabajo como piloto de línea para la empresa Transavia y el 22 de septiembre hizo su último vuelo a Valencia, donde tenía pensado radicarse. Al llegar piloteando el avión al aeropuerto español fue detenido por un operativo que se había montado para apresarlo.

Al ser interrogado por jueces de la Audiencia Nacional de España sobre las denuncias de sus compañeros de trabajo, Poch dijo que lo habían "malinterpretado" en las charlas que mantuvieron sobre la represión ilegal de la dictadura.

A pedido del juez Torres se inició un proceso de extradición que fue aprobado por el Consejo de Ministros de España y que se concretó con la llegaba al país de Poch.

Los llamados "vuelos de la muerte" en aviones navales desde los cuáles los secuestrados eran arrojados al mar y al Río de la Plata fueron revelados por los sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada y en 1995 confirmados por el ex represor Adolfo Scilingo, quien reconoció haber participado en dos y ahora cumple condena en España.