domingo, 15 de diciembre de 2013

Documento leído frente a la ESMA: LA MEMORIA ES DEL PUEBLO

La historia de la ESMA le pertenece al pueblo argentino y no es propiedad de ningún gobierno.

La ESMA, con sus 17 hectáreas, su campo de deportes, sus 33 edificios fue una unidad puesta al servicio del genocidio durante la última dictadura militar. Para que por el Casino de Oficiales pasaran más de 5.000 prisioneros, de los cuales la inmensa mayoría están desaparecidos, fue necesario que todo ese complejo de edificios y de hectáreas prestara un servicio necesario para el funcionamiento de ese lugar específico en el que estaban recluidos los prisioneros. Porque los guardias que custodiaban a los prisioneros, eran estudiantes, alumnos de la ESMA, que se alojaban en los pabellones-dormitorio donde dormían junto a  otros estudiantes, y tantos otros ejemplos en cuanto a la funcionalidad de cada uno de esos edificios en función del genocidio. Pero además del detalle puntual de cada uno de los edificios y su funcionalidad en la represión, entender la ESMA como una unidad represiva  permite también dar idea de la institucionalidad que tuvo la represión en nuestro país, de cómo todo el aparato del Estado fue puesto al servicio de la represión clandestina, de ladetención, de la tortura y la desaparición.

El gobierno nacional que se ha apropiado de la ESMA y la usa para innumerables actividades proselitistas: desde la presentación del proyecto de YPF, congresos de agrupaciones afines, hasta una oficina al juez Garzón que silencio las torturas al pueblo vasco,  hoy pretende modificar el Casino de Oficiales de la ESMA, el único edificio de este inmenso Centro Clandestino de Detención que no fue modificado hasta el momento.

         Además entonces, de las murgas en un campo de concentración dónde se torturaba, de las clases de cocina en un lugar donde los prisioneros pasaban hambre, de los festivales por el día de la primavera en el campo donde parían nuestras compañeras, de los asados en un lugar donde se calcinaban cuerpos, ahora para completar el proyecto de desmemoria se quiere destruir el único lugar que se acordó no se modificaría.
Este proyecto que tiene como objetivo, otra vez,  “resignificar” el lugar donde estuvieron secuestrados los compañeros detenidos desaparecidos propone modificar, para quienes lo visiten,  el recorrido histórico de ese espacio. Incluye desde una fuente de agua en su interior hasta caminos vidriados que terminan en un cubo sin salida donde se proponen proyectar las caras de cientos de compañeros desaparecidos, con el cielo como fondo. El gobierno pretende inaugurar este proyecto el próximo 24 de marzo al cumplirse 10 años de funcionamiento del Espacio para la Memoria.

Nos oponemos a este proyecto, porque queremos que nuestro pueblo pueda debatir HOY lo que allí sucedió y porque queremos que las futuras generaciones puedan recorrer y conocer ese sitio, saber qué fue el Casino de Oficiales y saber cual es la verdadera cara de su enemigo cuando se muestra sin disfraces.

Los gobiernos constitucionales posteriores a la última dictadura militar implantaron durante 20 años políticas de olvido, no solo mediante la aprobación e implementación de leyes y decretos de impunidad, sino también a través de la construcción y/o legitimación de diferentes formas de representación.

Ejemplo de ello es la Teoría de los dos demonios, explicitada en los decretos 157 y 158 firmados por el ex Presidente Alfonsín y de allí en más, presente en todos los mensajes emitidos desde su Gobierno comenzando por el prólogo del Informe Nunca Más de la CONADEP. Así como también, todas aquellas elaboraciones en las que se disocian el genocidio de los procesos históricos que motivaron su implementación ocultando su funcionalidad como práctica social.

 Todo esto tuvo y tiene consecuencias en nuestra sociedad, revertirlas llevará muchos años, y se logrará no sólo como consecuencia de la anulación de las leyes de impunidad sino aplicando una política clara, contundente y explícita que impulse a construir memorias sobre la base de la justicia, es decir el juicio y castigo de todos los responsables del genocidio y la verdad sobre el destino de los desaparecidos y sus hijos apropiados.

Parte de esa política necesaria es el reconocimiento pleno de la existencia de centros clandestinos de desaparición y exterminio, sin desvirtuar su significación como tales a través de su utilización para otras actividades.
La ESMA constituye, por la cantidad de detenidos-desaparecidos que por ella pasaron, por su significado simbólico, y por tratarse del primero de estos sitios en ser desalojado, un antecedente de características muy relevantes para nuevos procesos de construcción de la memoria en sitios que funcionaron como centros clandestinos de desaparición y exterminio.

No puede ni debe diluirse lo que allí ocurrió detrás de otras actividades lleven o no el símbolo de un organismo de Derechos Humanos. Muchos son los espacios donde estas actividades pueden llevarse a cabo sin necesidad de hacerlo en el Centro de Detención y Extermino que es símbolo en el mundo entero de la represión dictatorial en Argentina.

Ese sitio sigue siendo el lugar donde desaparecieron a nuestros compañeros, y repudiamos cualquier intento de cambiar el sentido y significados de ese espacio.

En estos diez años una y otra vez hemos sostenido que los sitios de memoria deben dar cuenta no solamente de los horrores cometidos por la dictadura, sino también del proyecto económico y político por el que se llevó adelante el genocidio, los proyectos políticos que ese genocidio quiso destruir y  los intereses económicos a los que ese genocidio benefició.

“Resignificar” la ESMA con las murgas, los festivales, los cursos de cocina, el entrenamiento de Fuerza Bruta, los payasos, con la excusa de que es un espacio “muy grande” sin contar la historia de los desaparecidos en la ESMA: quiénes eran, qué pensaban, qué hacían, sus militancias; sin relatar la historia de la Armada como fuerza represora y de las Fuerzas Armadas como ejecutoras de varios genocidios en la historia argentina,  va en el sentido contrario de aquello que había sido acordado oportunamente por todos los organismos pero que nunca fue concretado.
Después de años de denuncias, recién la semana pasada las autoridades empezaron a poner pancartas gigantes con los nombres de algunos de los compañeros que pasaron por este Centro Clandestino.
El gobierno nacional “se viste” con  la anulación de las leyes de impunidad conseguidas después de treinta años de lucha de nuestro pueblo, para disimular sus políticas de represión e impunidad. Julio López, Silvia Suppo, Mariano Ferreyra, Mártires López, las comunidades QOM de Chaco y Formosa, el Indoamericano, Luciano Arruga y Kevin, la masacre de Once, los presos de corral de Bustos y Bariloche, los miles de procesados, la ley antiterrorista, el Proyecto X son ejemplos emblemáticos de esa política. Hace tan solo dos días fueron condenados a cadena perpetua a  4 trabajadores petroleros de Las Heras, victimas de una caza de brujas en respuesta a la pueblada del 2006.

El nombramiento del genocida Milani como Comandante en Jefe del Ejercito, defendido por Hebe de Bonafini y Estela Carloto, sintetiza el intento oficial de reconciliación y olvido.

¿Es ésta la década ganada?

Compañeros:
Somos concientes de que los edificios y los lugares no producen efectos mágicos. Entendemos  que está en discusión  la construcción de la memoria de nuestro pueblo y por eso le damos a este  debate el lugar que se merece. Se suele argumentar que hay que saber lo que pasó para que no vuelva a repetirse, pero con eso no basta, no alcanza con saber,  la  cuestión es qué se hace con ese saber, la cuestión es como ese conocimiento se transforma en una herramienta de construcción de identidad y de propuestas políticas de lucha y de transformación, y no simplemente en algo que se pone en el archivo de la memoria .
Porque  lo que hay que  conocer  no es sólo lo que  hizo la  dictadura sino las  ansias  revolucionarias  de aquella  generación  transformadora.
Las luchas del presente y del pasado están enlazadas. Quienes luchamos por la construcción de la memoria histórica y nos oponemos a la manipulación de la ESMA somos parte de las luchas del presente en defensa de todos los derechos del pueblo: trabajo, vivienda, salario, educación, salud, por la preservación de nuestros recursos naturales y contra la devastación imperialista. Y reivindicamos la  lucha  de nuestros 30.000 detenidos  -desaparecidos por  conquistar, un mundo nuevo, una  sociedad sin opresiòn y explotación.

Por la memoria: no a la manipulación de la ESMA

Por la verdad: apertura y publicación de todos los archivos de la dictadura.

Por la justicia: juicio y castigo a todos los genocidas por todos los  compañeros.

Porque nuestros 30000 compañeros detenidos desaparecidos lucharon por un país sin represión y sin explotación!

A 30 años de la última marcha de la resistencia en dictadura decimos:
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO  NOS RECONCILIAMOS.

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