martes, 15 de marzo de 2011

Juicio oral por el secuestro y desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Elevaron a jucio oral la causa por el secuestro y desaparición de la joven sueca durante la dictadura

Dagmar Hagelin, joven sueca desaparecida 27 de enero de 1977

Los represores Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Jorge “Tigre” Acosta, entre otros, serán sometidos a juicio oral y público por el secuestro y desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin, ocurrido el 27 de enero de 1977 a los 17 años, según dispuso hoy el juez federal Sergio Torres.

El magistrado dio por cerrada la investigación y envió las actuaciones al Tribunal Oral Federal 5 que ya está juzgando a los procesados en otro tramo de la megacausa, por delitos de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada, según la resolución de 272 carillas el auto judicial.


“Se ha comprobado debidamente que Astiz comandaba el operativo que aquel 27 de enero de 1977 culminó con el secuestro de Dagmar Hagelin, previo haberla herido, disparando el arma de fuego que portaba”, consideró Torres sobre el ex marino apodado “el ángel rubio” y ex integrante del grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA.

Según declararon testigos de los hechos y sobrevivientes del centro clandestino de detención, Hagelin fue capturada por error ya que se buscaba a otra mujer pero igualmente se la llevó a la ESMA donde los represores le decían la “suequita”.

Un sobreviviente del centro clandestino declaró haber visto a Hagelin “con un apósito en la cabeza, pero lúcida y coherente y ella preguntaba la razón por la cual estaba detenida si en verdad sólo había ido a ver a su amiga Burgos, a lo que Astiz le respondió que era una suerte que estuviera viva”.

Y le dijo que “él había sido quien la detuvo y le disparó, aclarando que el disparo lo había hecho a matar porque se había confundido con María Antonia Berger”, una referente de Montoneros a quien en realidad buscaba.

“Se encuentra comprobado por los dichos de los testigos que presenciaron el operativo que Dagmar Hagelin no portaba ningún arma de fuego, mientras que, como se sostuvo anteriormente sí lo hacía el grupode personas que la perseguía”, agregó el juez.

Durante el accionar represivo “nunca mediaron órdenes de detención ni allanamiento expedidas por autoridades competentes y el cautiverio sufrido por las víctimas se caracterizó por el sometimiento de ellas a interrogatorios acompañados de tormentos y por circunstancias de vida ultrajantes a la condición humana”, como fue el caso de Hagelin, sostuvo Torres en la elevación a juicio.

En cuanto a Acosta, el juez recordó que está probado que “ejerció entre abril de 1976 y principios de 1979 la “máxima autoridad” dentro del grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA integrado por Astiz entre otros y estuvo perfectamente al tanto de que Hagelin estaba detenida” en ese lugar.

La investigación reconstruyó en base a dichos de testigos de lo ocurrido y sobrevivientes del centro clandestino de detención que escucharon hablar de ella, que a Hagelin la secuestraron “por error” porque “buscaban a otra persona”.

La joven resultó herida, quedó hemipléjica y permaneció en la Escuela de Mecánica de la Armada hasta que según testigos fue “trasladada” por orden de Acosta.

Los juzgados por “privación ilegal de la libertad agravada por haber sido cometida por funcionario público y sin las formalidades establecidas por la ley, en concurso real con homicidio simple en grado de tentativa, en concurso real con robo de automotor con armas consumado en calidad de partícipes necesarios” serán Astiz, Julio César Coronel, Oscar Montes, Pedro Santamaría, Francisco Rioja y Carlos Guillermo Suárez Mason.

El delito de robo de auto se les endilga porque tras disparar contra Hagelin y herirla, Astiz robó el auto de un particular que estaba en la zona para escapar.

En cuanto a Cavallo, Antonio Vañek, Julio Torti, Antonio Pernías, Jorge Radice, el Tigre Acosta y Raúl Scheller, entre otros, quedaron acusados por “privación ilegal de la libertad agravada” contra Dagmar Hagelin como partícipes necesarios.
El auto del juez se basa fundamentalmente en los testimonios aportados por los sobrevivientes.

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