Acusaciones y difamaciones de corte político, un probado genocida como Acosta tiene el tiempo y el espacio para vomitar las "justificaciones" al plan sistemático de exterminio. Pero no todos los sobrevivientes tienen la posibilidad de hablar de genocidio.
Acosta: "el objetivo era aniquilar la subversión terrorista"
El ex represor de la ESMA Jorge "El Tigre" Acosta confirmó hoy que el objetivo de la represión "fue el de aniquilar la subversión terrorista y sus ideólogos" cumpliendo "órdenes de superiores" con "la obediencia debida".
Acosta, quien dirigió el área de Inteligencia del Grupo de Tareas GT 3.3.2 de la ESMA, aseguró que el accionar "no estaba dirigido contra los ciudadanos", a la vez que exhibió un "organigrama" confeccionado por él, a la manera de un "collage", con la estructura de mandos de ese centro durante la dictadura.
"Pareciera que quienes cumplimos las órdenes fuimos los que inventamos todo y los locos de ese proceso", se quejó y recalcó que "las órdenes son para cumplirlas en tiempo de paz y en tiempos de guerra". A su vez, justificó los métodos utilizados por los represores al sostener que "había que quebrar la voluntad de lucha" del "enemigo marxista" y calificó de "sustantivo" el aporte de "los agentes de inteligencia navales".
Así definió durante todo su discurso de defensa a los ex detenidos desaparecidos que lo acusaron durante el juicio por los crímenes cometidos en la ESMA.
Al ampliar su declaración indagatoria, que continuará el próximo lunes 25 de abril, Acosta negó que el alias de "Tigre" haya sido su apodo en la ESMA, pero aclaró que se trataba de un "nombre indicativo" que se utilizaba siguiendo instrucciones superiores.
También se remitió al denominado PLACINTARA, un manual de instrucciones elaborado por los mandos militares con los lineamientos de la represión antisubversiva, pero en ningún momento hizo referencia al destino de los detenidos ni a los métodos utilizados para obtener información de ellos. Solo hizo alusión a "reglamentos" y "manuales" que hablaban de los "interrogatorios a los prisioneros", cuyo fin apuntaba a "aniquilar a la subversión en todas sus formas", con "eficacia" y "agresividad".
Respecto de esos hechos, aseguró que se trató de "guerra civil revolucionaria" y en ese marco existió un "plan de recolección de información" que había que hacer "permanentemente", para conocer aspectos como el "espíritu de combate o la logística del enemigo".
Por otra parte, negó la existencia de "un plan sistemático para el robo de bebés" por cuya responsabilidad está siendo sometido en otro juicio oral.
Acosta justificó tácitamente los métodos de tortura utilizados en la ESMA, al recordar que ellos mismos, durante su instrucción en la Escuela Naval, eran sometidos al "submarino" por el cual le "metían la cabeza dentro del inodoro y tiraban la cadena". Justificó esa metodología al señalar que "el adiestramiento tiene que ser más duro que la realidad".
Además de Acosta están siendo juzgado por crímenes cometidos en la ESMA los capitanes Antonio Pernías, Alfredo Astiz, Juan Azic, Carlos Capdevilla, Ricardo Miguel Cavallo, Julio Coronel, Adolfo Donda, Juan Carlos Fotea, Manuel García Tallada, Pablo García Velazco, Alberto González, Jorge Radice, Juan Carlos Rolón, Raúl Scheller y Ernesto Weber.
"Pareciera que quienes cumplimos las órdenes fuimos los que inventamos todo y los locos de ese proceso", se quejó y recalcó que "las órdenes son para cumplirlas en tiempo de paz y en tiempos de guerra". A su vez, justificó los métodos utilizados por los represores al sostener que "había que quebrar la voluntad de lucha" del "enemigo marxista" y calificó de "sustantivo" el aporte de "los agentes de inteligencia navales".
Así definió durante todo su discurso de defensa a los ex detenidos desaparecidos que lo acusaron durante el juicio por los crímenes cometidos en la ESMA.
Al ampliar su declaración indagatoria, que continuará el próximo lunes 25 de abril, Acosta negó que el alias de "Tigre" haya sido su apodo en la ESMA, pero aclaró que se trataba de un "nombre indicativo" que se utilizaba siguiendo instrucciones superiores.
También se remitió al denominado PLACINTARA, un manual de instrucciones elaborado por los mandos militares con los lineamientos de la represión antisubversiva, pero en ningún momento hizo referencia al destino de los detenidos ni a los métodos utilizados para obtener información de ellos. Solo hizo alusión a "reglamentos" y "manuales" que hablaban de los "interrogatorios a los prisioneros", cuyo fin apuntaba a "aniquilar a la subversión en todas sus formas", con "eficacia" y "agresividad".
Respecto de esos hechos, aseguró que se trató de "guerra civil revolucionaria" y en ese marco existió un "plan de recolección de información" que había que hacer "permanentemente", para conocer aspectos como el "espíritu de combate o la logística del enemigo".
Por otra parte, negó la existencia de "un plan sistemático para el robo de bebés" por cuya responsabilidad está siendo sometido en otro juicio oral.
Acosta justificó tácitamente los métodos de tortura utilizados en la ESMA, al recordar que ellos mismos, durante su instrucción en la Escuela Naval, eran sometidos al "submarino" por el cual le "metían la cabeza dentro del inodoro y tiraban la cadena". Justificó esa metodología al señalar que "el adiestramiento tiene que ser más duro que la realidad".
Además de Acosta están siendo juzgado por crímenes cometidos en la ESMA los capitanes Antonio Pernías, Alfredo Astiz, Juan Azic, Carlos Capdevilla, Ricardo Miguel Cavallo, Julio Coronel, Adolfo Donda, Juan Carlos Fotea, Manuel García Tallada, Pablo García Velazco, Alberto González, Jorge Radice, Juan Carlos Rolón, Raúl Scheller y Ernesto Weber.
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